fuertes olas causadas por el tifón Hagupit Crédito: Reuters |
El tifón Hagupit, conocido en Filipinas como Ruby, tocó
tierra el pasado 06 de diciembre con vientos de hasta 200km/h. El saldo de esta
tormenta, que se fue disipando a su paso y que actualmente se dirige hacia
Vietnam, fue de 19 muertes en Filipinas. Tras un año del poderoso tifón Haiyan,
que dejara más de 7,000 muertos en noviembre del año pasado, muchas son las
lecciones que los filipinos pusieron en práctica para enfrentarla.
Si bien es cierto que Hagupit fue una tormenta ligeramente
menos intensa, y que, a diferencia de
Haiyan, no produjo la marejada de 5.2 metros de altura que arrasó con la ciudad
de Tacloban, es justo reconocer que esta vez el gobierno estaba mejor preparado.
Los
sistemas de alerta temprana y las evacuaciones preventivas sirvieron para
minimizar en gran medida las pérdidas humanas.
Al menos 1.7 millones de
personas lograron evacuar sus hogares y refugiarse en los más de 5,000 centros
de evacuación. Refugio, alimento, agua, saneamiento e higiene, salud y
logística estuvieron entre las principales prioridades de las labores de
rescate y ayuda.
De acuerdo con la Oficina
de las Naciones Unidas, el tifón afectó a alrededor de 2.9 millones de personas
en nueve regiones de Filipinas. La cifra oficial de muertos se elevó a 19
(incluyendo al menos cuatro niños y tres niñas) y 916 heridos.
A medida que las
inundaciones retroceden, más de la mitad de los evacuados regresó a su casa en
los últimos dos días. A la fecha, 788,000 personas aún permanecen en 3,0000
centros de evacuación. Paquetes de alimentos, agua y artículos de higiene se
distribuyeron a más de 95,000 víctimas de la tormenta. Mientras tanto,
funcionarios de gobierno planean reunirse con grupos humanitarios para
coordinar los esfuerzos de reconstrucción y la ayuda humanitaria.
Centro de evacuación para protegerse del tifón Hagupit Crédito: Reuters |
Las autoridades
filipinas, junto con el apoyo de grupos humanitarios, continúan evaluando los
daños y necesidades mientras centran los esfuerzos en las provincias de Samar
del Norte, Samar Oriental y Samar.
Además, han anunciado su objetivo de proporcionar asistencia de refugio
a las comunidades afectadas hasta enero de 2015.
Todas las carreteras
nacionales ya se encuentran abiertas, salvo seis puentes que permanecen
intransitables en las regiones afectadas. Los apagones continúan en 12 provincias,
mientras que la cobertura de telecomunicaciones fue restaurada en más del 74%.
La Oficina de Naciones Unidas para
la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) felicitó a Filipinas y señaló que
su reacción evidencia el papel de liderazgo que juega Asia en la reducción de
la mortalidad y las pérdidas económicas en caso de desastres naturales.
La jefa de UNISDR Margaretha Wahlström aseguró que el gobierno filipino había desempeñado un excelente trabajo poniendo en práctica las lecciones aprendidas del tifón Haiyan.
La jefa de UNISDR Margaretha Wahlström aseguró que el gobierno filipino había desempeñado un excelente trabajo poniendo en práctica las lecciones aprendidas del tifón Haiyan.
¡Bravo Filipinas!
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