Un musgo que se congeló hace más de 1,500 años en una isla
de la Antártida, volvió a la vida en un laboratorio de la British Antarctic
Survey, en el Reino Unido, marcando el record de mayor ciclo vital de cualquier
planta conocida.
“Es básicamente el
primer registro de regeneración de una especie de tal edad. Hemos visto casos
de microbios en núcleos de hielo, pero nunca se había logrado con un ser
pluricelular como este” Señala Peter Convey, coautor del estudio publicado
en la revista Current Biology.
Esta historia nos trae a la mente otras formas de vida que
han sido revividas después de permanecer congeladas por mucho tiempo:
En el 2012, un grupo de investigadores rusos informó que
habían encontrado semillas conservadas por 32,000 años en el permafrost de la
tundra Siberiana, logrando después convertirse en florecientes plantas.
Y cómo olvidar la reciente resucitación del virus que
permaneció 30,000 años congelado en Siberia; un virus que por cierto, todavía
es capaz de infectar a las amebas.
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