jueves, 4 de septiembre de 2014

El ozono del planeta sigue amenazado por un compuesto químico prohibido

El agujero de ozono sobre la Antártida el 18 de agosto de 2014.
Los colores morado y azul representan zonas con menos de ozono,
mientras que el amarillo y el rojo muestran las áreas más gruesas.
Crédito: NASA

Malas noticias en la lucha por proteger la capa de ozono de la Tierra: Uno de los compuestos químicos que ataca esta capa atmosférica y que fue prohibido por el protocolo de Montreal, todavía se está produciendo, y nadie parece saber de donde proviene. 


El agujero de la capa de ozono es una región de la estratósfera, la segunda capa de la atmósfera de la Tierra, en donde la concentración de ozono es mínima.

El ozono es una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno, y la capa de ozono, que se extiende a una altura de 20 a 30 km por encima de la superficie terrestre, protege la vida en la Tierra de los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el Sol.

En la década de los 80, los científicos detectaron por primera vez, una disminución del 40% de la cantidad de ozono sobre la Antártida, fenómeno que nombraron AGUJERO DE OZONO. Este agujero, se forma cada año, entre septiembre y noviembre por encima de la Antártida. Una de las causas principales de su formación, corresponde al uso generalizado de los clorofluorocarbonos (CFC), un químico presente en los aerosoles y los refrigerantes.

Los CFC se descomponen por acción de la radiación ultravioleta procedente del Sol y, cuando esto ocurre, se libera cloro, que destruye el ozono estratosférico. Sin el ozono presente, los rayos UV, altamente dañinos, pueden alcanzar la superficie de la Tierra, lo que representa una amenaza para todos los seres vivos del planeta.

A través de un tratado internacional llamado el Protocolo de Montreal (firmado por primera vez en 1987), 197 países han acordado eliminar el uso de CFC, y hasta ahora, la capa de ozono parecía recuperarse poco a poco. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado que a pesar de estar prohibido,  las emisiones del compuesto químico llamado tetraclorudo de carbono (CCI4) se siguen detectando, y nadie parece saber de dónde provienen.

El estudio, llevado a cabo por la NASA entre el 2000 y el 2012, muestra emisiones de aproximadamente 39 kilotones al año, un 30% más de lo que se midió justo antes de que el Protocolo de Montreal entrara en vigor. Sin embargo, aquellos países que firmaron el protocolo no reportan nuevas emisiones en ese periodo.

¿Entonces cómo se explican esas nuevas emisiones?

"No deberíamos estar viendo estos niveles en absoluto. Ahora parece claro que o hay filtraciones industriales no identificadas, emisiones de zonas contaminadas o fuentes desconocidas de CCl4", explica uno de los científicos de la NASA.


Tras la firma del Protocolo de Montreal, se había calculado que la concentración de CCI4 en la atmósfera debería haber descendido un 4% anual. Sin embargo, solo lo ha hecho un 1%

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