Después de 11 horas de anuncios, compromisos y promesas, un rumbo esperanzador en materia de cambio climático se escuchó en la sede de las Naciones Unidas el pasado 23 de septiembre. Las inversiones serán más verdes, la deforestación se detendrá y se apoyará a las naciones más pobres en sus esfuerzos para enfrentar mejor el cambio climático. Sin embargo, cuánto significa todo esto en términos de reducción de emisiones y desaceleración del calentamiento global, aún no queda tan claro.
La cumbre del cambio climático se llevó a cabo en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York el pasado 23 de septiembre, más de 120 jefes de estado se reunieron en este recinto, además de más de 100 directores ejecutivos de las principales compañías, incluyendo petróleo, gas y grandes instituciones bancarias.
La cumbre no formó parte de las negociaciones climáticas de la ONU, liberando a los asistentes del habitual protocolo.
Entre lo destacado, una coalición de 160 instituciones, gobiernos locales y 500 individuos hicieron una promesa de mudar 50 mil millones de activos en combustibles fósiles a fuentes de energía renovables.
Además, la conferencia vio el nacimiento de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, la cual se compromete a reducir a la mitad la deforestación para el 2020 y detenerla por completo para el año 2030. Esta declaración fue respaldada por más de 130 partes, entre ellos Perú, Noruega, Alemania y el Reino Unido. Brasil en su conjunto no figuró en la lista, aunque varios estados de Brasil han firmado individualmente.
El próximo año, París será anfitrión de las conversaciones climáticas destinadas a producir un nuevo acuerdo internacional sobre el cambio climático. Será organizado por el gobierno francés, quien dijo que va a predicar con el ejemplo, prometiendo mil millones de dólares para el Fondo Green Climate, una promesa también hecha por Alemania el verano pasado. Algunos otros países también se comprometieron a apoyar el fondo, que canalizará dólares de países ricos a países pobres para ayudarlos a prepararse para el calentamiento global. Al final del día, 2, 300 millones se habían prometido.
La lista es interminable. Si las tradicionales conversaciones climáticas de la ONU, donde se insta a los países a reducir las emisiones, es el "qué", la cumbre de ayer fue todo sobre el "cómo". La verdadera pregunta ahora es cuántos de estos anuncios se suman en términos reales de reducciones de carbono.
Lo que está claro es que los recortes en las emisiones con las que se han comprometido los gobiernos añadirían alrededor de 3.5° C al calentamiento global, muy superior al objetivo acordado internacionalmente de 2°C. Lo que no queda claro es si las promesas hechas este martes en Nueva York se convertirán en acción o únicamente son un medio para cumplir las promesas gubernamentales existentes.
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| Miles de personas participaron el domingo en Nueva York en una marcha contra el cambio climático. JASON DECROW, AP |
Llevo años observando estas "Cumbres"...los señores comen muy bien, lo pasan regio, se palmotean la espalda...prometen cosas....y chao.
ResponderBorrarEEUU aún no dice nada con lo de Kioto....y siempre está obligando a los países chicos a hacer cosas...
Falta algo concreto.