Nelson Mandela murió ayer a los 95 años. Creía firmemente en
la importancia de la ciencia y la tecnología para la liberación completa de
África.
Para gran parte del mundo, Nelson Mandela fue el icono de la
era de la liberación moderna que comenzó con Mahatma Gandhi y alcanzó su apogeo
con las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica en 1994.
Lo que es menos conocido, es que su lucha por la libertad
política estaba estrechamente asociada con el deseo de desarrollar una
capacidad científica y tecnológica.
El apartheid no se limitó únicamente a separar razas.
Probablemente, el más destructivo de sus legados fue el restringir a los
no-blancos de conseguir alguna formación técnica. Aún peor, esta exclusión no
fue exclusiva de Sudáfrica, sino parte de una cultura política más amplia, que
definió a África como una región con bajos niveles de conocimiento tecnológico.
Mandela comprendió que la exclusión de la educación era un
factor limitante para el desarrollo. Él dijo que la educación es " el arma
más poderosa con la que se puede cambiar el mundo".
Motivado por esta preocupación, Mandela prestó su nombre para
la creación de una nueva generación de Institutos Africanos de Ciencia y
Tecnología , vistos como el comienzo de una nueva generación de universidades
africanas de investigación. Dos de ellos
ya se han establecido en Tanzania y Nigeria, y una tercera está prevista en
Burkina Faso.
Los institutos también se inspiraron bajo la idea de que
África no había sido capaz de utilizar plenamente sus abundantes recursos
naturales, debido a la falta de capital humano, el conocimiento, las
habilidades y la infraestructura científica.
Fuente:
newscientist.com
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