viernes, 10 de octubre de 2014

El origen de la mancha oscura más grande de la Luna no fue un meteorito, ¡son basaltos volcánicos!

Credito: Kopernik Observatory/NASA/Colorado School of Mines/
MIT/JPL/Goddard Space Flight Center

Cuando los antiguos astrónomos comenzaron a observar las manchas oscuras en la Luna, pensaron que se trataban de mares. De ahí se quedó el nombre para referirse a esas grandes, oscuras y basálticas planicies en la cara visible de nuestro satélite. La mayoría de ellas, como el Mar de la Serenidad (Mare Serenitatis) o el Mar de la Lluvia (Mare Imbrium), son el resultado de impactos de meteoritos.

Sin embargo, un nuevo estudio señala que la mayor de esas planicies, el Océano de las Tormentas (Oceanus Procellarum) de unos 3,000 km de diámetro, no pudo ser creada por el choque de un meteorito, sino que surgió de una gran columna de magma del interior del satélite.


La misión Grail

Los nuevos datos fueron obtenidos por la Misión Grail de la NASA, unas sondas gemelas que orbitaron la Luna de enero a diciembre de 2012. Las sondas, llamadas Ebb y Flow, midieron la variación de la fuerza de atracción gravitacional de la Luna a lo largo de su superficie. Cualquier cosa que tenga masa tiene un campo gravitacional que atrae objetos hacia él, la fuerza de este campo depende de la cantidad de masa que tenga el objeto. Por lo tanto, las variaciones en la fuerza de atracción gravitacional de la Luna, pudieron ayudar a revelar cómo se concentra la masa debajo de la superficie.

Así, el equipo de investigación creó un mapa muy detallado que revelaba inesperadamente un conjunto de estructuras lineales en forma rectangular al borde de la región del Océano de las Tormentas. Como los impactos de asteroides tienden a producir cráteres circulares o elípticos, esta cuenca no podría haber sido causada por un impacto.

La Luna, como se ve con luz visible, su topografía (rojo es alto y azul bajo) 
y sus gradientes de gravedad. Crédito: 
NASA/Colorado School of Mines/MIT/JPL/Goddard Space Flight Center

Lava lunar 
En su lugar, los investigadores sugieren que estas estructuras recién descubiertas fueron producidas algún tiempo después de que la Luna se formara, por grietas de tensión gigantes en la corteza al enfriarse alrededor de una fuente de lava que fluyó del interior.  
A medida que se produjeron las grietas, se formó un «sistema de canales» en la corteza de la Luna a través del cual el magma podría circular a la superficie. Finalmente, llenó las cuencas pequeñas de la región, creando lo que vemos hoy en día como puntos oscuros en el lado cercano de la Luna.
Esta imagen muestra cómo pudo haber parecido la estructura
durante la actividad volcánica. Crédito: 
NASA/Colorado School of Mines/MIT/JPL/Goddard Space Flight Center

Estas estructuras ligadas a la tectónica son bien conocidas en la Tierra, Venus y Marte, pero hasta ahora eran desconocidas en la Luna. De acuerdo a los científicos, este hallazgo revela que la Luna primitiva fue mucho más dinámica de lo que se pensaba y que aún nos falta mucho por aprender para comprender el espectro completo de la evolución planetaria. 


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